4 NO NEGOCIABLES PARA NO ESTANCARTE EN TU TRABAJO

Los profesionales “mueren en vida” en su trabajo cuando se quedan en la rutina, en un trabajo que no disfrutan; cuando las funciones no conversan con su potencial; cuando el lunes inician el teletrabajo pero están pensando en el viernes por la noche; cuando viven más de 40 horas a la semana un sueño que no es suyo. De este modo, las personas “mueren en vida”. ¿Y sabes por qué? Por miedo a tomar el riesgo, por decidir a partir de temores con una visión de corto plazo, por buscar el resultado inmediato. En conclusión, la gente “muere” profesionalmente cuando sabe que no está usando todo su potencial, cuando es poco generosa y agradecida con el mayor “regalo” que les dio la vida: su talento.

A continuación, presento los siguientes consejos para no morir en el trabajo:

SÉ HUMILDE

La humildad garantiza nuestra capacidad de asombro y agradecimiento. Nos permite ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Nos permite mirarnos por dentro como personas y preguntarnos sin egos ni estereotipos ¿qué es lo que en realidad quiero?, ¿qué es aquello que debo potenciar?, ¿qué acciones que debo dejar de realizar porque son anclas que no permiten eliminar la “mirada de túnel” para mi desarrollo? Admitamos que podemos estar equivocados, que alguien que no piense como nosotros puede tener razón. Disculpémonos cuando cometamos algún error y sigamos los consejos de las personas que saben más. Dejemos de molestarnos cuando nos digan que lo que estamos haciendo está mal o que se puede mejorar. Aprendamos sin soberbia y que el asombro sea nuestro compañero de aprendizaje, el alimento de nuestra alma. Ser humilde implica tener espíritu de practicante, porque vivimos desde el asombro y la curiosidad, bajando del pedestal nuestro ego y comprendiendo que somos seres con un potencial que se eleva a través de los éxitos y, sobre todo, de los fracasos.

IDENTIFICA A TU MENTOR LO ANTES POSIBLE

Un mentor no es el jefe que necesitamos; es el líder que está dispuesto a sacar lo mejor de nosotros porque detectó nuestro potencial. No es egoísta compartiendo sus experiencias; es humilde porque reconoce que puede aprender y construir con nosotros. Es sincero aterrizándonos “en seco” cuando estamos equivocados; sobre todo, es desapegado y sin ego, porque permite que brillemos. Nos deja ir cuando sabe que estamos listos para nuevos desafíos. Es importante reconocer a un mentor, mejor si lo hacemos cuando estamos iniciando nuestra carrera profesional. 

ELIMINA TUS ANCLAS

Que el dinero no sea tu motivador. Cabe recalcar que el dinero tiene un efecto motivador de solo cuatro meses. Cuando tengan algunos años más y emprendan su último viaje, será lo intangible su equipaje de mano y sus recuerdos, experiencias y legado, el pasaporte que presentarán. La vida consiste en tomar decisiones más que aceptar un destino. Estas decisiones debemos afrontarlas con pasión, perseverancia y mucho trabajo, sin espacio para la cultura de la inmediatez, desechando el ego y superando los dos temores que más sueños profesionales han matado: el miedo al qué dirán los demás y el miedo a fracasar. Preguntémonos ¿por qué no? en cada decisión, en cada sueño, en cada meta. En ese proceso, los miedos de otras personas, de la sociedad, de la pareja, de nuestros padres nos van a distraer. Recibamos consejos de personas que decidieron a través de su potencial y no del miedo. Aferrémonos a nuestro plan y, si no lo tenemos, busquemos uno a partir de nuestros talentos. El disfrute será consecuencia de nuestras decisiones.

EL MUNDO ES PEQUEÑO Y CERCANO

El sistema nos ha enseñado que todo en la vida son niveles y metas por alcanzar: kínder, primaria, secundaria, universidad, trabajo, diplomado, maestría, ascensos, metas, metas y más metas. De este modo, recorremos un camino que probablemente fue construido para satisfacer necesidades externas más que internas. El sistema enfocado en la meta y la inmediatez reduce nuestra visión de las oportunidades presentes, de las conexiones y las oportunidades que deben ser aprovechadas en un mundo globalizado y conectado. Los jóvenes -que en estos tiempos son etiquetados como indecisos, cambiantes y no comprometidos- están conectados con el mundo. Se unen a causas justas y se desenamoran con pasión. Por lo tanto, no provoquemos inmediatez y compromiso a largo plazo en ellos, ya que saben que lo único que no cambia es que todo cambia. Están disfrutando el camino y sus oportunidades. A diferencia de nosotros, el mundo es su casa.

Recordemos siempre esta lección:

“Nadie adquiere una visión amplia, saludable y generosa si se queda en una esquina de la tierra toda su vida”, Mark Twain.

PAUSA ACTIVA (Regálate unos minutos para reflexionar sobre tu futuro con las siguientes preguntas)

• ¿Cuáles fueron tus últimos aportes en tu trabajo?

• ¿Quiénes son tus referencias en tu desarrollo profesional?, ¿por qué?

• ¿En qué eres realmente bueno y no lo estás haciendo?, ¿por qué?

Fuente: Alfredo Alfaro