Anclas de carrera: lo que no estás dispuesto a negociar (aunque no lo sepas)

Conocerse profesionalmente va mucho más allá del CV, el título o la experiencia acumulada. Es entender qué te mueve de verdad. Qué valoras. Qué te motiva. Qué te hace sentir en el lugar correcto. Y sobre todo… qué hace que, a pesar de todo lo que logras, sientas que algo no termina de encajar.

Ahí es donde entra en juego un concepto poco difundido, pero muy poderoso: las anclas de carrera.

¿Qué son las anclas de carrera?

Este término fue creado por el psicólogo organizacional Edgar Schein, y hace referencia a la estructura interna que guía las decisiones laborales de una persona, muchas veces de manera inconsciente.

Según Schein, a medida que transitamos experiencias laborales, vamos construyendo una identidad profesional basada en nuestras motivaciones profundas, valores personales, habilidades y expectativas. Esta identidad se organiza en torno a una “ancla”: ese factor que no estás dispuesto a negociar a la hora de decidir tu rumbo profesional.

Puedes cambiar de trabajo, de industria, de rol. Pero si ese trabajo no respeta tu ancla… vas a sentirte frustrado, agotado o desconectado.

Las 8 anclas de carrera (con ejemplos reales)

Te dejo una breve descripción de cada una, con ejemplos que suelo ver en sesiones de orientación profesional:

1. Técnica/Funcional

“Amo lo que hago y quiero seguir mejorando” Personas que disfrutan convertirse en expertas. Se sienten motivadas cuando pueden profundizar, especializarse y ser reconocidas por su conocimiento técnico (ej.: desarrolladores, diseñadores, científicos, médicos).

2. Gerencial

“Quiero tomar decisiones, liderar, dejar huella” Disfrutan dirigir equipos, gestionar proyectos, estar en posiciones de poder o influencia. Tienen orientación a resultados y capacidad para asumir riesgos.

3. Autonomía/Independencia

“Quiero trabajar a mi manera, sin que me controlen” Prefieren entornos donde puedan tomar sus propias decisiones, gestionar sus tiempos y evitar estructuras rígidas. Muchos FreeLancer o emprendedores tienen esta ancla.

4. Seguridad/Estabilidad

“Valoro un trabajo predecible y a largo plazo” Buscan estabilidad económica, previsibilidad y una estructura clara. Tienden a elegir organizaciones grandes, con beneficios y poca rotación.

5. Creatividad Empresarial

“Necesito crear algo desde cero” No les motiva tanto crecer en una estructura ya armada, sino construir algo propio. Tienen ideas constantemente, les gustan los desafíos y la adrenalina de emprender.

6. Servicio/Dedicación a una causa

“Necesito que mi trabajo tenga impacto real” Trabajan mejor cuando sienten que están ayudando a otros, generando un cambio o contribuyendo a una causa mayor (ej.: salud, educación, inclusión, sustentabilidad, derechos humanos).

7. Puro desafío

“Me motiva lo difícil, lo que me pone a prueba” Necesitan desafíos constantes para no aburrirse. Les gusta competir, resolver problemas complejos y exigirse todo el tiempo. Suele haber una necesidad fuerte de superación personal.

8. Estilo de vida

“No quiero que mi trabajo me consuma” Buscan equilibrio. Valoran la flexibilidad, el bienestar, el tiempo con la familia, los hobbies. No se definen sólo por lo laboral. Sienten que la vida es mucho más que el trabajo.

¿Por qué es importante conocer tu ancla?

Porque no puedes construir un camino profesional con sentido si no sabes desde dónde partes. Tu ancla te ayuda a tomar decisiones alineadas, evitar trabajos que no te representan y enfocar tu búsqueda con claridad. Muchísimas personas me escriben diciendo:

«Cambie de trabajo, pero sigo sintiéndome igual de vacía.» «No entiendo por qué algo que ‘en papel’ es ideal, me hace sentir tan desconectado/a.» «Estoy cansado de intentar encajar en lugares que no se parecen a mí.»

Y en muchos casos, la respuesta está en el desajuste entre su ancla y su entorno laboral.

¿El ancla cambia?

En general, no. Schein plantea que una vez que una persona se enfrenta a desafíos reales y va construyendo experiencia, su ancla se consolida. Puede haber pequeñas variaciones, pero suele ser bastante estable. Por eso es tan útil descubrirla a tiempo: es una brújula para toda tu vida profesional.

Fuente: Nahiara Gonzalez