Las competencias más demandadas en las empresas
Más allá de la formación y la experiencia que se refleja en un currículum, las empresas se fijan, cada vez más, en otro tipo de habilidades a la hora de contratar a un trabajador. Se trata de competencias que no tienen tanto que ver con conocimientos técnicos, sino con valores y actitudes humanas que aportan un gran valor a las organizaciones. Es lo que se conoce como ‘soft skills’ (habilidades blandas, en castellano). Es importante tener en cuenta cuáles son las más demandadas para analizar con cuáles nos identificamos y tratar de desarrollarlas y destacarlas en una entrevista o proceso de selección.
Las competencias más demandadas pueden ir evolucionando, por ello, también es importante mantenerse actualizado para dar respuesta a las demandas de los empleadores.
Las competencias y habilidades más demandadas en las empresas
No todas las competencias o habilidades son de la misma relevancia para todas las empresas depende del sector, del puesto o de la responsabilidad. Pero sí existen algunas generales que se pueden extrapolar a (casi) cualquier posición y que actualmente resultan imprescindibles. Analizamos algunas de ellas:
Capacidad de adaptación
El mercado laboral es dinámico, los cambios son constantes y es importante interiorizarlos y asumirlos. Las empresas demandan empleados que sepan trabajar en entornos donde pueden surgir imprevistos. Saber adaptarse implica ser polivalente, pero también tener capacidad para aprender, reciclarse y cambiar de funciones o procedimientos.
Trabajo en equipo
Las compañías reclaman habilidad para participar en tareas conjuntas, así como colaborar y ayudar a otros compañeros. De esta forma se nutren de otras habilidades como saber escuchar y tener respeto y empatía por los demás. Una persona muy capaz en sus tareas puede ser poco empleable si carece de esta habilidad.
Proactividad
Las empresas demandan, cada vez más, profesionales que no se limiten a cumplir con sus tareas, sino que tengan iniciativa y propongan ideas novedosas. Las personas proactivas son capaces de resolver los problemas, pero no solo eso: se anticipan a ellos, son eficientes y actúan de forma organizada (no confundir con dejarse llevar por impulsos).
Compromiso
Las empresas no solo buscan trabajadores que entiendan la misión de la empresa, sino que se comprometan con el proyecto. Buena parte de dicho compromiso parte de la propia empresa, de la capacidad que tenga para saber compartir sus valores y ‘enganchar’ a sus trabajadores. Pero la voluntad del profesional por asumir y hacer suya la misión, visión y valores de la compañía, también es fundamental. De esta manera, un trabajador se convertirá en el mejor embajador de la marca y sabrá transmitir al exterior, de forma positiva, los valores y propósitos de la compañía. Si siente esos objetivos como propios será mucho más sencillo llevar a cabo su misión y, en definitiva, la de toda la empresa.
Capacidad para trabajar bajo presión
Para determinadas posiciones es imprescindible saber trabajar bajo presión, algo que es cada vez más habitual en este escenario de cambios e incertidumbre. Aunque puede parecer complicado, es una habilidad que también se puede aprender: saber cómo gestionar el estrés y organizarse para seguir cumpliendo con los objetivos es una capacidad muy valorada por las empresas.
¿Por qué es importante tener las habilidades demandadas?
Además de para buscar o aspirar a un nuevo empleo o posición, contar con las habilidades más demandadas por las empresas también es importante para promocionar dentro de la propia compañía o para aspirar a puestos de más responsabilidad. Estas habilidades blandas se pueden trabajar y mejorar día a día. Hay que tener en cuenta que este tipo de habilidades multiplican el valor de otras capacidades. Por ejemplo, si un trabajador es proactivo y sabe adaptarse a los cambios, seguramente tendrá más opciones de promoción que un compañero en una posición similar que no tenga estas habilidades y que no sepa aprovechar sus oportunidades.
Fuente: Fundación Adecco