12 LECCIONES QUE HE APRENDIDO EN EL TRABAJO

Hace poco más de 25 años que empezó mi vida laboral. Mi papá me decía: “hija, espérate lo más que puedas para empezar a trabajar, porque una vez que empiezas, ya no paras”. Le hice caso muy poco tiempo, porque llegó el momento en que la curiosidad, la necesidad y la suerte me llevaron a tomar mi primer trabajo.

En todos estos años he aprendido de todo. No me refiero tanto a habilidades o conocimiento técnico sino a aprendizaje de vida, de relaciones humanas, de comportamiento ante todo tipo de situaciones. Cosas que he experimentado en carne propia y otras que he vivido de cerca viendo a otros.

Aquí comparto una lista de 12 de las cosas más importantes que he aprendido. Son reflexiones, conclusiones y hasta reality checks o golpes de realidad.

1) Valor de las relaciones

El networking o red de contactos que construyas en el trabajo, tanto internas (compañeros, jefes, etc.) como externas (clientes, proveedores, competencia, etc) son uno de los elementos más valiosos. Cuida, cultiva y mantén tu red de contactos. Agrega valor para recibir valor.

2) El peso del nombre de una empresa

El día que ya no estás sentado en tu oficina, con cierto título o en cierta compañía, la mayoría de la gente dejará de tomarte llamadas o responder tus emails. Cuesta mucho trabajo ganar credibilidad, poder de negociación y abrirse paso bajo el únicamente nuestro nombre propio.

3) Respeto sin importar jerarquías

Respeta a toda la gente con la que tienes trato durante tu trabajo, desde el empleado de la limpieza en tu oficina, hasta el CEO; desde tu cliente hasta la recepcionista de su edificio. La calidad humana es algo independiente del nivel en el organigrama. Hazlo desinteresadamente, aunque nunca sabes cuándo jugará en tu favor como menos te imagines.

4) No hay jefe ideal, pero nunca dejes mal a tu jefe

Trata de aprenderle a los jefes que tengas sus habilidades más destacables, y detecta lo que no te gusta para que no empieces a aplicar después inconscientemente.

Nunca contradigas o enfrentes a tu jefe frente a nadie. Cuando hables sólo con él/ella podrás comentarle con tacto tus opiniones o hasta quejas de forma directa.

5) Pide y da retroalimentación

Tanto a tus jefes como a la gente que te reporta. Y aprende a aceptar lo que te digan de forma positiva y constructiva.

6) Delega y aprende a supervisar si ahogar

Aprende a delegar dando nivel de responsabilidad y libertad de ejecución a la gente que te reporta. No hay nada más frustrante que el micro management o nivel de supervisión minuciosamente absurdo de los supervisores a su equipo.

7) Respeta horarios

Si trabajas en una oficina con horarios fijos, sé de los primeros en llegar pero también despídete puntualmente. Si trabajas desde casa, también respecta y marca tus límites personales desde el principio. Ninguna empresa tendrá consideraciones especiales con la gente que trabaja horas extras. Será más importante el resultado que des en tu desempeño que las horas en el escritorio.

8) La lealtad a quien te paga

Sé leal a la empresa para la que trabajas. Ten claro siempre de dónde sale tu cheque y nunca muerdas la mano que te da de comer, aunque en el fondo tengas algún desacuerdo con ciertas formas de actuar de tu empresa. Mientras trabajes ahí no lo externes, y si no lo toleras, es mejor irte.

9) Honestidad

Las mentiras se huelen a distancia. Sé honesto y transparente en tu manejo con cosas como tu reporte de gastos, reporte de viajes de trabajo, resultados buenos y malos de proyectos, etc. No trates de disfrazar o maquillar cosas que más tarde te pueden jugar en contra. Y ojo, nunca, nunca, alteres un reporte de gastos. Por ganarte unos pesos de más puedes arruinar o dañar profundamente tu reputación.

10) El aprendizaje nunca termina

El que deja de aprender se puede retirar. En cualquier nivel, en cualquier profesión, nunca dejamos de aprender. Sé humilde, evita la soberbia y piensa que puedes aprender de la gente, proyectos y situaciones que te rodean, sin importar tu nivel en el organigrama.

11) Si no te gusta tu trabajo busca salida pronto

Pocas frustraciones hay tan grandes como desempeñar un trabajo que no nos gusta. Aprende a detectar cuando ya pasaste un tiempo razonable en una empresa o en un puesto en el que sientes que simplemente no es para ti. Si no sientes que tu trabajo te llena profesionalmente, que tienes proyección y desarrollo, o que es un reto que estás disfrutando, ve planeando tu salida para buscar nuevos horizontes.

12) Cáete muchas veces pero sé rápido para levantarte

Es natural tender a evitar los fracasos o tropiezos, tanto que a veces inconscientemente no arriesgamos lo suficiente por miedo a fracasar. Digamos que nos autoboicoteamos. Hay que aprender a lanzarse más rápido, incluso a caerse más veces pero a fortalecer el músculo de levantarse más rápido. Tendemos a estancarnos en lamentar la situación, y eso nos nubla los planes de otras cosas que tenemos enfrente y que ameritan nuestra atención inmediata.

El trabajo suele ocupar la mitad o más de nuestras horas del día despiertos. Es tan importante tener una vida profesional feliz y satisfactoria, como lo es la personal. Encuentra siempre la forma de disfrutar el navegar las aguas del terreno laboral, ya sea como empleado, freelancer o emprendedor.

Haz del viaje una expedición permanente en la que encuentres motivación y aprendizaje cada día.

Fuente: Ana Luisa Patiño